CÓMO LE EXPLICO A MI HIJ@ LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO
Anteriormente os explicábamos cómo experimentan los más pequeños el proceso de duelo, cómo suelen expresarlo y vivenciarlo. Esta vez hemos querido centrarnos en algunas recomendaciones para afrontar con los menores ese momento tan difícil como es el fallecimiento de un allegado.
¿Qué hago? ¿se lo cuento?
Una de las primeras dudas que surgen en estos momentos es “¿se lo cuento?”. Los adultos tenemos la creencia errónea de que si no les explicamos a los niños/as lo que ha sucedido llegará un momento en que no lo recordarán y así les evitaremos sufrimiento. Sin embargo, como hemos dicho, esto es erróneo. Más tarde o más temprano se enterarán de lo sucedido, no sabremos de qué forma, y no habremos podido controlar el modo en el que han recibido la información. Además, esto puede generar una falta de confianza de los menores hacia los adultos, al darse cuenta de que les han ocultado esta información.
¿De qué sirve contárselo?
Informar a los menores de la situación es fundamental para darles la oportunidad de despedirse de la persona. En la mayoría de casos que acuden a consulta en estas circunstancias, los niños/as sienten mucha pena por no haber tenido la oportunidad de despedirse de esa persona importante.
En función de la edad y de la situación esta despedida puede variar, por ejemplo, si hay una enfermedad previa y la despedida puede realizarse antes del fallecimiento, acudiendo al funeral, escribiendo una carta, haciendo un dibujo o incluso un álbum de fotos con recuerdos.
Otro motivo fundamental para ser nosotros los portadores de la noticia es que podremos sostener y acompañar emocionalmente al niño/a, ayudándole a afrontar la situación con nuestro apoyo emocional.
¿Cómo se lo cuento?
Una vez resuelta la duda sobre si contarlo o no, llegamos al siguiente nivel, cómo explicarlo. Esto va a depender mucho de la situación, de la edad y de la familia. En el modo de contarlo y de explicarlo influirán, principalmente, las creencias de la familia, si son religiosos o no, y la edad del niño/a.
Es fundamental adaptarnos a la edad del menor y ajustar el nivel y la forma de la información a su nivel de madurez. Es recomendable comenzar dando la información de manera limitada y según vaya preguntando el menor le ofreceremos más explicaciones. Antes de hablar con ellos es importante que tengamos claro cómo queremos que sea esta información y prepararnos para las posibles preguntas que puedan hacernos.
Esperamos que estas recomendaciones os hayan sido útiles. Si estáis en una situación similar o conocéis a alguien que esté pasando por un momento como este y necesite ayuda para gestionarlo con los niños/as de su entorno podéis poneros en contacto con nosotras en el número 976 044 448 o en el correo info@victoriamartinezpsicologia.es