¿CONOCES EL SÍNDROME DE GILLES DE LA TOURETTE?

¿CONOCES EL SÍNDROME DE GILLES DE LA TOURETTE?

¿En qué consiste este síndrome?

 

Es un trastorno neurológico que comienza a manifestarse en la infancia o adolescencia, antes de los 18 años. Este síndrome se caracteriza por la presencia de movimientos involuntarios repetitivos y frecuentes (tics). Los primeros síntomas más habituales son los tics faciales, de brazos y tronco. Sin embargo, en casos más complejos puede llegar a involucrar a todo el cuerpo.

 

¿Qué sintomatología presenta?

 

Existen dos tipos de tics:

 

  • Tics motores: Son movimientos. Dentro de esta categoría se presentan dos subtipos, los tics motores simples, que incluyen el parpadeo, las muecas faciales, sacudidas de la cabeza, encogimiento de hombros, sacudidas de brazos. Y, por otro lado, los tics motores complejos, que involucran a grupos musculares o combinaciones de movimientos (brincar, saltar…).

 

  • Tics vocales o fónicos: Producen sonidos. Los tics vocales simples incluyen el carraspeo, los gruñidos, ulular y gritar. Por otro lado, los tics vocales complejos son palabras o frases que aparecen fuera de contexto.

 

En un pequeño porcentaje de los casos, puede aparecer coprolalia (emisión de palabras obscenas compulsivamente) y/o copropraxia (realización de gestos obscenos). En ambos casos, pueden afectar negativamente a la capacidad de las personas para iniciar y mantener relaciones interpersonales.

 

¿Qué consecuencias psicosociales tiene en las personas que lo padecen?

 

Las personas con Síndrome de Tourette afrontan el trastorno de forma diferente. Normalmente, no tiene por qué afectar a su vida diaria y los que lo padecen pueden disfrutar de hacer las mismas cosas que el resto.

 

Sin embargo, es posible que la presencia de esta sintomatología, especialmente en la infancia y la adolescencia, pueda causar ciertas burlas y reacciones adversas en los demás, teniendo a su vez consecuencias psicológicas que pueden alterar la calidad de vida de las personas con Tourette.

 

Algunas de estas consecuencias psicosociales son:

 

  • Sintomatología ansioso-depresiva.
  • Dificultades en la regulación emocional.
  • Sentimientos de desprecio y culpabilidad.
  • Alteraciones del pensamiento.
  • Disminución de la autoestima.
  • Déficits en habilidades relacionales.
  • Rechazo y aislamiento social.
  • Conducta autolítica y suicidio.

 

Si quieres conocer más sobre este síndrome o conoces a alguien que lo padezca y necesite ayuda profesional, no dudes en contactar con nosotras a través del teléfono 976 044 448 o mándanos un correo electrónico a info@victoriamartinezpsicologia.es.

 

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